MANERAS DE LEER, MANERAS DE VIVIR
Este 2015 que conmemora aquel 1615, publicación de la Segunda Parte de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, está siendo mesurado en celebraciones, pero sí han aparecido algunos textos que nos invitan a leer el Don Quijote de distintas maneras. Arturo Pérez Reverte publicó a finales de 2014 un Quijote avalado por la RAE y sin las historias intercaladas. ¿Es una manera de leer el Quijote?
Andrés Trapiello para acercarnos al Quijote publicó ya una novela en 2005 Al morir don Quijote y en noviembre de 2014 publicó El final de Sancho Panza y otras suertes. En junio de 2015 ha publicado una edición del Quijote modernizada, es decir, en el castellano de 2015.
Esta edición, evidentemente, ha levantado ampollas y está siendo polémica, ya que nada más abrir el Quijote los cambios son tales que rompen con aquel comienzo original y tan memorizado por los lectores: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor." A propósito traigo aquí como muestra una carta aparecida en El País:
CARTAS AL DIRECTOR
A los alumnos, el ‘Quijote’ original
Nada
que decir sobre que se “traduzca” el Quijote. Otra cosa es que los
alumnos de Bachillerato tengan que leerlo “traducido”. Del todo en contra. No
creo que los alumnos lo lean más ni mejor por estar puesto en léxico moderno.
Treinta y cinco años de profesor me lo avalan. La cuestión es otra. La cuestión
es en qué momento tiene un joven que leer el Quijote entero, como en qué
momento tiene que saber hacer ecuaciones de segundo grado. Nuestro deber como
profesores es saber cuándo se hace cada cosa, cómo y con qué instrumentos se lo
podemos acercar mejor. Pero un alumno de Bachillerato debe exigirse esfuerzo,
tiempo y dedicación porque estudiar es trabajar. Por otra parte, me gustaría
que alguien explicara si resulta más fácil leer, es decir, entender, un poema
de Cernuda que el Quijote en versión original. El mismo Cervantes lo
decía: “Las traducciones son como los paños de Flandes pero vistos del revés”.
Igual que Las Meninas no “se traducen” pero se proporciona al alumno las
claves de interpretación, el Quijote es “intraducible” al español porque
está en español, pero tiene el profesor el papel clave de orientar a los
alumnos en un camino que él conoce.— Silvano Andrés de la Morena.
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